"Esa madrugada no estuve con él ni subí a su auto", dice el hijastro de Wagner
Excepto Sebastián Wagner, nadie admite haber estado en el Renault 18 break, en el que fue raptada Micaela García, a las 5.45 del sábado 1° de abril en Gualeguay. Los otros dos imputados por el femicidio, el dueño del lavadero, Néstor Pavón, y el hijastro del violador, Gabriel Otero, se declararon inocentes y tienen sus coartadas.
La principal prueba que hay de que Wagner estaba con otro es el testimonio de un hombre que afirmó haber visto a dos personas en el auto aquella mañana. Es más, este testigo reconoció a Otero como quien iba sentado en el lado del acompañante, y a Wagner al volante.
La declaración de Otero (hijo de Nora González, la pareja de Wagner), detalla el itinerario del joven de 21 años la noche del viernes y la mañana del sábado. Aunque no respondió preguntas y se podrían marcar algunas incógnitas, su versión respalda en algunos tramos la declaración que realizó Pavón en su descargo.
"El viernes a la noche -relató Otero ante el fiscal Telenta- yo me dirijo con mi mujer y mi bebé a la casa de mi concuñado, que vive por calle Lorenzo, donde comí con su mujer y sus hijos. Hasta las 12.30 (de la noche) estuvimos ahí, hay un hombre que me vio pasar. Al irme agarré costeando el cementerio hasta avenida Illia, donde llego tipo 12.45/1 de la mañana. A las 7 de la mañana, mi mujer tenía que ir al banco a cobrar con la hermana, cerca de las 8 se fue. Yo a esa hora me puse afuera a coser unos botines, preparé unos mates y creo incluso que compartí algunos mates con mi vecino".
Es decir que, durante el momento en que Micaela fue subida al vehículo y asesinada tras resistirse al intento de abuso sexual, el joven afirma haber estado durmiendo. Recién se enteró de Wagner cuando regresó a la casa junto a su madre: "Cuando yo me levanté mi mamá ya no estaba, se había ido en bicicleta a buscarlo a Sebastián al lavadero. Como a las 9.30, 10, regresó mi mamá con Sebastián, con la bicicleta de ella en el baúl del auto de Sebastián. Mi mamá se bajó como con cara de asustada".
Luego Otero contó sobre las extrañas condiciones en que vio a Wagner, no profundizó en las razones, pero le afirmó que no había estado acompañado: "Él estaba todo embarrado, yo no tengo trato así que no me acerqué a preguntarle qué le había pasado. Él se acercó, me saludó y me dijo que casi chocó con un camión en la ruta y después me dice que se había empantanado, y me dijo que había sacado solo el auto. Empezó a bajar sus pertenencias del auto, la aspiradora y dejó todo como estaba".
Luego siguieron las secuencias donde se contactan con Pavón, y el relato de Otero coincide en varios puntos con la declaración del dueño del lavadero acerca de lo que sucedió aquella mañana, donde ambos dan a entender que no sabían lo que había hecho Wagner.
"Cerca del mediodía -continúa el joven-, mi mamá me dice que Pavón lo había llamado enojado, que no tenía la llave, que habían tenido que reventar un candado. Yo le mandé un mensaje desde el celular de mi mamá a Pavón por el tema de la llave. Y me pidió que le llevara la llave al lavadero".
Luego, Otero insistió: "Yo nunca me subí esa madrugada al auto de Wagner, ni estuve con él. Incluso sé quién es el testigo que me vio cuando volvía para mi casa, él se debe acordar que me vio pasar. El sábado (durante el día) yo anduve con el auto, así embarrado como estaba. Fui con mis hermanas y mi mujer a llevarle la llave al Miyo, alrededor de las 11 u 11.35, al lavadero. Miyo estaba lavando un camión, ahí le di la llave y le digo que Wagner había llegado amanecido y que estaba descompuesto. Ahí Pavón me dijo que le dijera a Sebastián que quería hablar con él. De ahí me fui a buscar una cocina, compramos en una verdulería, y después dejé a mi mujer y mi hija en la casa y me fui a la mía".
Más allá de algunas contradicciones y puntos insostenibles, el principal problema -y no menor- que enfrenta Otero es el señalamiento de un testigo, que para la Fiscalía resulta clave y seguramente lo enviará, al menos, a un juicio. Ese testigo (de quien se preserva su identidad por motivos de seguridad) había declarado ante el fiscal Telenta el 5 de abril, es decir cuando el violador empezaba a ser buscado. El hombre afirmó que vio a Sebastián Wagner en el Renault 18 break, acompañado por un hombre, en la mañana de 1° de abril. "Era morochito, cara chupada, llevaba puesto un jockey (gorro) entre gris y marrón, medio arratonado (gastado), no le vi el pelo porque iba de jockey, si lo veo lo reconozco".
Por esto, y tras la declaración de Pavón que apuntó a alguien del entorno de Wagner, Otero fue llevado a una rueda de reconocimiento. En esta medida judicial, el joven pasó con el número 1 junto a otras tres personas de similares características. El testigo fue interrogado para que indique quién podría ser el que vio en el auto aquella mañana: "La persona que tiene el número 1 es muy parecido, le falta el jockey en la cabeza, la campera que llevaba ese día es muy parecida".
"El auto pasó pasadas las 8.15 de la mañana, yo saludo porque tengo la costumbre de saludar, y lo veo a Wagner que conducía y apenas levanto la mano, el otro que lo acompañaba iba con cara de asustado o sorprendido", relató. Suficiente como para ubicar a Otero en el auto, un par de horas después del secuestro de Micaela. (Fuente: Uno Entre Ríos)
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