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Emotiva adopción múltiple de 4 hermanitos en Villaguay

martes, 2 de mayo de 2017
"Dios me dio esta bendición y yo no la voy a desaprovechar"


Alberto y Patricia son una pareja que se conoce desde hace varios años. "Beto" es policía retirado, "Pato" es cocinera en una escuela. Durante un tiempo, buscaron completar el ciclo del amor de familia a través de un hijo, pero al no conseguir resultados positivos, recurrieron a la fertilización asistida. Así, ella quedó embarazada de mellizos y tristemente los perdió. Debido a esto, las posibilidades de intentarlo nuevamente, se volvió peligrosa. Fue entonces que su deseo de brindar amor, los llevó a buscar incansablemente adoptar a un niño. Luego de completar el formulario correspondiente y una larga espera de dos años y medio, las cosas empezaron a moverse, pero el resultado fue mucho más abundante del esperado.

Alberto y Patricia lograron su ansiado deseo de ser papás. La vida los recompensó con 4 hermosos chicos: Una nena de 12 y tres nenes de 10, 9 y 4. Ellos aseguran que no es nada fácil, que "los tiempos de la justicia no son los mismos que uno quisiera". Y así fue como se concretó esta adopción, después de casi 4 años.

EL PUEBLO visitó a la feliz familia y comparte con sus lectores esta historia de amor y perseverancia. Alberto narra que el mismo día que el médico les dijo que a raíz de la pérdida del embarazo por fertilización asistida, intentarlo nuevamente sería difícil, se inscribieron al registro de adopción. Ahí pasaron muchos años de espera -2 y medio- sin tener noticias, ya que hay muchas parejas anotadas.

"Beto" cuenta que "Con el tiempo vas entendiendo cómo es la ley de adopción y el proceso. Cuáles son tus derechos y obligaciones y cuáles las de los niños, qué es una adopción simple y una plena. Cuando se inicia el pedido, te dan un formulario muy extenso y vos vas fijando tus condiciones económicas, de pareja, posición social, etc. Después vas dando un perfil de lo que vos querés adoptar: si es niño o niña, si buscás uno, dos, tres o cuatro. Que tenga patologías tratables, no tratables, enfermedades terminales, o capacidades diferentes. Si buscás de la edad comprendida entre 1 y 3 o 1 y 5 años, etc. De acuerdo a todo esto, chequean si hay un niño con las características que vos solicitás que esté listo para ser adoptado y el juez decide quien tendrá la tutela entre las parejas anotadas de la provincia, porque el sistema así lo requiere, a pesar de ser nacional", explicó.

"Nos dijeron que cuando querés un bebé, el trámite demora un poco más, pero a nosotros no nos importaba mucho el tema de la edad. También hay un prejuicio sobre adoptar chicos grandes, como que van a ser complicados o con muchos problemas, cuando en realidad son re dulces. A partir de acá, se va a las entrevistas con psicólogos, lo que es un ‘peloteo’ intenso, para saber si estás en condiciones de adoptar. Hemos visto casos que venía todo bien y en esta parte, los especialistas detectaron algún problema o lo encajan en determinado perfil y se les  niega la adopción. Otro aspecto fundamental es que haya compatibilidad en el matrimonio, que los dos piensen de la misma forma y que apuntan a lo mismo. Si ellos identifican que hay riesgo de disolución de pareja, no te aprueban", relató "Beto".

Patricia contó que "Nuestro perfil era adoptar un chico de 0 a 5 años, hasta 3 hermanitos y con alguna patología tratable, porque sabíamos que había varios hermanos en el programa. Después del primer del taller, en octubre del 2015, ampliamos el límite de edad porque vimos que había muchísimos niños entre la edad de los 5 y los 16 y grupos de hasta 6 hermanos. Entonces pusimos hasta 7 años.

El 1º de agosto de 2016 llega la entrevista domiciliaria, ya que habíamos salido aptos en todas las otras pruebas. La trabajadora social nos comenta que venía a vernos a nosotros y a otra familia, cerca de nuestro domicilio. Cuando empieza el cuestionario, cuenta que la primer pregunta fue ‘Pato, ¿con cuántos niños te ves vos en esta casa?’ y le dije ‘3’, porque yo había soñado una cucheta y una cama de una plaza, sin saber qué eran [varón o mujer]. Entonces ella lo mira a mi marido y le dice ‘y vos, Beto, ¿con cuántos?’, a lo que él responde ‘yo voy a ser el papá de los hijos, de la cantidad que ella tenga’" comentó Patricia entre risas.

"La profesional nos dice que tienen dos chicos y a unas cuadras de acá van a ver a otra familia porque tenían que ubicar a dos hermanitos más, y uno de ellos quedaría fuera de Villaguay. Entonces yo lo dije ‘no, vienen los cuatro o seguimos esperando’", remató Pato.

Beto confió que "no queríamos una familia dividida. Son un grupo de cuatro hermanos que han estado mucho tiempo y tienen lazos muy fuertes entre ellos. Se veían todos los días, jugaban juntos, se apoyaban mutuamente. Separarlos en distintas casa, sería romper ese vínculo. Por eso la idea era los 4 o nada, porque yo tuve la experiencia de una hermana mía que fue adoptada en mi casa y cerca de ahí estaba su hermana, y estaban en distintas culturas, diferentes crianzas, algo de rivalidad y eso hace que se vayan separando. Después nos enteramos que cuando los chicos fueron llevados ante el juez, en el acta que les habían labrado, ellos pidieron que no los separen".

Patricia agregó: "La realidad es que no hay mucha gente que se lleva 4 hermanitos juntos, por cuestiones económicas, porque también ocurre que hasta que no estén todos los papeles aprobados, no se puede gestionar la obra social, entonces no es sencillo, pero se puede". Beto añadió "ahora una vez que los tenemos, nos damos cuenta que es un proceso hermoso. A veces a uno se lo come la ansiedad, pero hay que ser paciente que todo llega. Hay muchas instituciones que intervienen: el registro de adopciones ve tu perfil, el que diste, analizarte a vos, tu entorno y declararte apto para adoptar o no".

"A todo esto, la trabajadora social que nos visitó nos dio el visto bueno para llevarnos a los 4 hermanitos pero el que decide es el juez. El Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf) le dice qué chicos están en condiciones de ser adoptados. Porque no es que cuando ingresan a un hogar de un día para el otro los entregan a otra familia. Primero hay un proceso, se intenta que queden en su entorno ya sea con un tío, abuelo o pariente cercano. Cuando se agotan todas las instancias, ahí si se declara que la patria potestad le pertenece al Estado y un magistrado determina a dónde los va a reubicar. Por un lado, el Registro Único de Adopción (RUA) hace el expediente de quienes están en condiciones de adoptar, el Copnaf tiene el registro de los chicos que están listos para ser reubicados, el hogar los va preparando para la vida social y el juez es quien determina que estos caminos se unan", explicó Beto.

"El 6 de noviembre nos comunicaron que el 8 de ese mes teníamos que viajar para conocerlos. Hasta ese momento los distintos especialistas nos iban dando una descripción de nuestros hijos, quiénes eran, las edades aproximadas, cómo era su comportamiento, sus problemas y enfermedades. En el caso de uno de los nenes tenía una operación muy grande en la cabeza debido a que los golpes que había recibido le formaron un hematoma. Te cuentan todo eso, pero no los podés ver", relató Alberto.

"Algo que nos podía complicar el trámite fue que de acuerdo a las edades que habíamos marcado nosotros, solamente uno de los cuatro hermanos encajaba en el perfil, pero la reforma del código civil nos benefició", agregó Pato.


Amor a primera vista

Luego, llegó el gran día: "Nos dijeron que en 20 días aproximadamente, recibiríamos el llamado del juez. Esos 20 días se convirtieron en dos meses. Finalmente el 8 de noviembre los conocimos. Hasta ese momento, no sabíamos cómo eran físicamente. Por ahí a ellos se les escapaba y te decían ‘tu nena tiene pecas’ y vos te la imaginás pero no sabés si es morochita, rubiecita, alta, baja, etc. Los chicos tenían que entrar al despacho del magistrado a las 9 y nosotros a las 10, llegamos a las 9:50 y los niños estaban en la antesala, todavía no habían pasado. Cuando ingresamos, nos conocieron antes de entrar. A ellos ya les habían hablado de nosotros, en ese momento se nos vienen encima para abrazarnos al grito de ‘¡papi!’ y ¡mami!’ y eso fue muy fuerte. Todavía no habíamos firmado nada y el chiquitito se me prendía del pantalón me decía ‘¡papi papi! y no me quería soltar. Ahí me dí cuenta que todo había valido la pena. Dios me dio esta bendición y yo no la voy a desaprovechar.", recordó Beto casi entre lágrimas.

Alberto indicó que "durante un mes, desde el 8 de noviembre hasta el 8 de diciembre, pasamos por un proceso de vinculación en el que solamente podíamos verlos los fines de semana. Finalmente, cumplido ese plazo nos los dieron la posibilidad de traerlos a nuestra casa para tener su tutela y el 12 de abril pasado nos entregaron la guarda [es decir, que legalmente son sus padres]. En estos 4 meses nos dio la sensación de que siempre formaron parte de nuestra familia, los habíamos dejado y luego los fuimos a buscar de vuelta. Los conoces tanto, ya sabés cuando cierran un ojo, los gestos, las mañas, cuando están enojados porque la vinculación sirve para eso. Desde eso momento, hemos tenido la visita de gente del registro, y de Alemania, que son quienes subvencionan la escuela hogar donde ellos estaban alojados", acotó.

"Según la gente del RUA, es el primer caso en la provincia de una adopción de 4 hermanos, desde que se creó la institución. Nosotros queremos estar a la altura de la responsabilidad que nos han dado".

"Lo único que les pedimos a los chicos es que estudien, y que sepan que siempre que dependa de nosotros, van a tener siempre a su papá y su mamá. Siempre vamos a estar parta apoyarlos y alentarlos, no para controlarlos, si para lo que necesiten", finalizó Alberto.


Mucho para agradecer

No es ningún secreto que criar a 4 chicos no es nada fácil. Por ello, Alberto y Patricia hacen llegar un agradecimiento público a quienes de una u otra forma les han ayudado sin importar el aspecto político, todos ellos, en condición de amigos: Gustavo Schierloh, Eliana Ledesma (coordinadora del Copnaf en Villaguay), Ligia, Olga Hait, Dr. Julio Segovia, Delfina Barbar y su familia, Emilio Neira, Hugo Jeckeln, Carlos Rotela y su familia, Sonia Stock e hijos, Fabián Faust, Silvia Videla e hijos, al personal del hospital Santa Rosa y las salitas. Que ellos les hicieron los estudios necesarios a los chicos cuando todavía no contaban con la obra social, y especialmente al Copnaf que gestionó la ampliación de una habitación en su casa que fue realizada por el municipio.

Todas estas muestras de afecto y apoyo les demostraron que habían elegido el camino correcto, que no están solos. La paciencia y el amor innato tuvieron su recompensa. Prueba más que suficiente para no rendirse nunca y vivir felices los 6.