- ¿Cómo fueron los años en los que se desempeñó como director del Museo Municipal?
- Desde lo personal muy satisfactorio. Por un tiempo integré la “Comisión de Amigos del Museo” con la cual podíamos ayudar a las gestiones, debido a que los museos no pueden manejar dinero, entonces con las comisiones teníamos la posibilidad de ayudar en las mejoras. Cuando llegó la designación en la que me nombraron director fue todo un honor, en ese momento Adolfo “Fito” Lucca era el director de Educación y Cultura municipal. En ese puesto logré algunas cosas importantes, como el descubrimiento del libro del médico español Venancio García Pereyra, quien residió acá entre 1885 y 1896, y que apareció en Asturias. Es el libro escrito en primera persona más antiguo de Villaguay, data de 1894. Se hizo una publicación acá y otra en colaboración con el Museo de Asturias. Faltaron hacer cosas, pero conté con la colaboración de la comunidad y me sentí muy respaldado por la Dirección de Cultura.
- ¿Qué representó para usted esa etapa de su vida, teniendo en cuenta la relación que tiene con la historia local?
- Fue importante, me sentí orgulloso. Yo no soy museólogo: soy un fotógrafo curioso, nada más. Mi trabajo siempre fue la investigación de la historia local a través de las imágenes, por eso me sentí honrado con la posibilidad que se me brindó.
- ¿Cómo analiza usted la evolución del Museo desde sus inicios a la actualidad?
- El trabajo que se está haciendo es muy bueno. Aunque yo esté alejado de la parte directiva sigo en contacto y con buena relación con Lucía Beltrame, la actual directora. Ella está proponiendo actividades muy buenas, y si necesita ayuda acude a mí, y viceversa.
- En su experiencia, ¿cree usted que nuestro museo cuenta con los requisitos para brindar exposiciones óptimas, o que requiere alguna remodelación que permita lucir de mejor manera las piezas?
- El museo ya tuvo su reacondicionamiento, indudablemente faltan cosas. El salón de arriba es un desperdicio lamentablemente, tiene escaleras y no es de fácil acceso, por lo que no se aprovecha el espacio más que para depósito. Debería tener una entrada independiente para acceder y poder utilizarse para diferentes actividades porque cuenta con un escenario y tiene capacidad para unas cien butacas. El material humano no es problema, siempre se contó con gente con ganas de trabajar, pero la falta de material técnico dificulta un buen desarrollo de la institución. Debería contar con un lugar en el que poder trabajar con la documentación frágil, además de los elementos como guantes y barbijos con los que se debe trabajar. Necesitaría un gabinete que permita un manejo de los documentos antiguos. Se pueden hacer muchas cosas para mejorar, pero como todo siempre se reduce a la disposición presupuestaria.
- ¿Cree que el surgimiento de las redes sociales benefició o perjudicó a la actividad cultural?
- Lo que noto en general es un achatamiento en la cuestión cultural, pero no sé si se debe al surgimiento de las redes. Las redes bien aplicadas son una buena herramienta para acceder al mundo cultural. Como todo, tiene tanto su lado positivo como negativo. En estos momento de pandemia pueden ser un buen medio de acercamiento a los museos tanto locales como de afuera.
- ¿Qué relación tiene el museo con las escuelas locales?
- Siempre se trabajó mucho con las escuelas. Permanentemente se realizan visitas de alumnos de primaria con sus maestras. Y lo bueno de eso es que el chico que vino con su curso, el fin de semana vuelve con su familia para hacer otra visita. También concurren estudiantes de secundaria y terciaria a consultar las documentaciones con las que contamos. Hay un contacto muy fluido con las instituciones educativas.
- ¿Qué participación tiene la población de Villaguay con el desarrollo del Museo? ¿Cómo se obtienen las donaciones?
- Hay mucha gente que atesora y guarda las cosas por nostalgia, pero hay otras personas que acuden al Museo a donar artículos de valor porque consideran que allí van a ser recibidos y protegidos.
- ¿Cuál es la pieza más valiosa en exhibición?
- En el Museo hay muchas piezas valiosas, hay documentación que data, en lo histórico, desde Crispín Velázquez; hay armas, que ahora no están en exhibición por una cuestión de seguridad. Una de las más valiosas perteneció a Giuseppe Garibaldi, y fue utilizada en la Batalla de San Antonio, en las afueras de Salto, República Oriental del Uruguay. Garibaldi se la regala a un Teniente Píriz, y éste se la entrega a Julio Astolfo Mollajoli para la Sociedad Italiana. Luego esa institución la donó al museo, y es una pieza de mucho valor. Una destacada museóloga me dijo una vez que esa pieza debería estar en el museo que ella dirigía porque era “demasiada pieza para el nuestro”. Yo la miré y le dije “lamentablemente está acá”. Siempre intentaron llevársela.
- ¿Cuál es su pieza favorita? ¿Una que le guste o a la que le tenga un cariño especial?
- En este momento te diría que el piano de cola. Uno de los pianos más antiguos que hay en la ciudad y tiene una linda historia. Hay tres pianos de la misma época, uno en el museo, otro en el concejo deliberante y el otro en la biblioteca popular Bartolomé Mitre. El del museo estaba en el Club Social, que anteriormente funcionaba en la casa del primer intendente de la ciudad, Vicente Vilches donde se organizaban los bailes.
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