“YA NO EXISTE MÁS EL NÚMERO 9 QUE DEBÍA AGUANTARSE TODO EL PARTIDO PEGÁNDOSE A LOS RIVALES DE ESPALDAS AL ARCO"

Arturo Barhich, el gran goleador de ADEV

Arturo Humberto Barhich ha sido uno de los grandes goleadores de la historia del fútbol villaguayense. El “Turco” dejó marcado con sello indeleble la camiseta número 9 de ADEV, en aquel fantástico equipo que liderado por Alberto “Papi” Maldonado obtuvo cuatro títulos consecutivos a nivel local y se consagró subcampeón del Regionalito. Arturo nació, creció y se desarrolló en la “Terraza Azul”, el amor de toda su vida, donde es reconocido y admirado. Luego tuvo un magnífico paso por el club Defensores de Colón, donde también dejó un estupendo recuerdo. EL PUEBLO charló con él de esta manera. 


- ¿Cómo pasaste de arquero a delantero goleador? 

- Empecé en ADEV a los 12 años y respecto de eso tengo una anécdota muy particular, ya que estuve suspendido por seis meses sin haber jugado un partido y ni siquiera haber entrado a la cancha. Sucede que primero presenté la ficha para el club Sarmiento pero después me decidí y terminé firmando para ADEV. Como había presentado dos fichas me dieron seis meses por la cabeza (risas). Pero cuando era más chico atajaba en JC, el equipo del querido Idelio Gandolfo. Luego, en 4° y 5° división de ADEV jugué como delantero pero cuando me subieron a reserva hubo un problema con el arquero y como yo tenía nociones para el arco, atajé dos partidos en esa categoría. Luego Armando Belgeri me llamó para la primera división. Posteriormente, cuando se hizo cargo Alberto Maldonado, un día en una de las primeras prácticas (yo entrenaba como arquero), hizo un partido informal, “Papi” preguntó y le dije que me gustaba jugar de número 9 o de 10. Entonces dijo “vamos a probar” y terminé jugando como delantero durante toda mi carrera hasta los 40 años en primera división. 


- ¿Cómo se armó aquel legendario equipo de ADEV que se consagró campeón por cuatriplicado en el fútbol departamental y subcampeón del Regionalito? 

- Había una buena base cuando llegó Maldonado, él movió algunas piezas para reacomodar el equipo. Yo era arquero, me puso de 9, el “Negro” Ojeda jugaba de 4, lo puso de 6 y así a un par de jugadores más. Teníamos un muy buen plantel, Sergio “Checo” Barreto, Jorge y Oscar Ojeda, Francisco “Fierro” Almada, el “Negrito” Ricardo González, lo trajo a Ricardo “Caio” Carulla como arquero y un par de pibes más como yo, Marcelo “Yarunga” Lugrín, José Luis “Pachón” Bentos y el “Sapo” Juan Almirón, con quienes veníamos de la 4° división con 16 o 17 años jugando juntos desde hacía tiempo. Éramos gurises salidos del potrero que nos fusionamos muy bien con los jugadores de experiencia. La base de todo buen equipo es el grupo humano y nosotros, a pesar del paso de los años todavía nos seguimos juntando a comer un asado o nos pasamos a saludar. Es lo más hermoso del fútbol, que por ahí te deja muchas lesiones pero eso se compensa con tantas buenas y sanas amistades. 

Arturo junto a sus hermanos Mariano y Joselo el día de su despedida del fútbol de primera



- ¿Por qué quedan tan pocos centro delanteros con tus características de juego? 

- Creo que eso ha ido variando de acuerdo a los esquemas de los técnicos. El número 9 de área, que tenía que aguantarse todo el partido pegándose con los marcadores centrales rivales de espaldas al arco, no existe más. Justamente hace poco charlamos de ese tema con el “Negro” Darío Rovetta, que jugamos tantos años en la misma posición. 


- ¿Se jugaba muy distinto en el fútbol local de tu época comparado con la actualidad?

- No voy mucho a la cancha pero sí generalmente tres o cuatro partidos en el año concurro a ver a ADEV en la “Terraza”. Sin ninguna duda que ha cambiado mucho el fútbol, hoy se juega demasiado al choque, se ha convertido en un deporte más de golpes, de fuerza. No veo jugadores como el “Negrito” Raúl Reyes, “Fierro” Almada, o “Checo” Barreto, quienes tenían mucha habilidad, porque gambeteaban a tres tipos en el área y definían el partido. Hoy se juega al límite con el físico y por ahí se pierde la idea de lo que es el juego bonito. Además, hay mucho menos jugadas preparadas que las que hacíamos antes con el “Papi”, porque en una pelota parada, según las señas del pateador, íbamos al primer palo o al segundo o ingresaba alguien para pegarle desde afuera del área. Teníamos mucha más estrategia y veo que ahora no se aprovechan esas jugadas. Además, las planificaciones con las cuales mandan a jugar los técnicos hoy han ido eliminando al jugador habilidoso. Antes todos los equipos tenían un número 10 que armaba, que era el creador de las jugadas que terminaban en gol, mientras que hoy se choca, se va al piso con fuerza y se patea la pelota para adelante, después vemos allá en el área si se puede hacer un gol. 

ADEV entra a la cancha encabezado por el Turco Barhich y Oscar Ojeda


- ¿Cómo se explica que ustedes jugaban un mejor fútbol antes pero las canchas de Villaguay han mejorado notablemente en la actualidad?

- Es indudable que las canchas que tienen hoy los pibes son mucho mejores a las que nos tocaba jugar a nosotros, en las cuales no sabías para dónde te iba a picar la pelota,  pero creo que el jugador se adapta a los terrenos. Otra gran diferencia son las pelotas, antes sacabas una pelota afuera al lateral y cuando volvía te tocaba otra que pesaba medio kilo más. Ahora son todos los balones iguales y las canchas mucho más parejas, realmente es un lujo jugar con estos pisos, aunque hoy en día tienen más actividad porque existen una cantidad de categorías en el fútbol infantil que antes no había. 


- Convertiste numerosos goles de cabeza y de tiro libre ¿cuál era la fórmula?

- Creo que no hay secretos, todo es entrenamiento, practicábamos mucho junto a mi hermano “Joselo” el cabezazo. Y con respecto a los tiros libres también, no es lo mismo golpear una pelota 10 veces en una práctica que golpearla 120 veces. Yo practicaba tanto que tenía seguridad, apoyaba la pelota en el piso y acomodaba el pico del lado donde le iba a pegar y le daba. También hacía eso en los penales, el pico era el que me decía donde tenía que golpearla, ahí, en ese casco tenía que dirigir el impacto. Y lógicamente, lo ejercitaba con muchas repeticiones durante en el entrenamiento, lo cual va llevando a la perfección. 



- También le pegabas muy fuerte a la pelota ¿hay algún secreto?

- Considero que es algo muy natural porque si hubiera algún secreto cualquiera patearía fuerte, para mí son habilidades o dones especiales que trae incorporados el jugador. No me quiero imaginar al “Negro” Rovetta pegándole a las pelotas que se usan hoy en día los chicos de primera división porque sería comparable a un misil. Sucede que las pelotas de antes eran mucho más pesadas, tenían más cuero y menos plástico. 


- ¿Se puede decir que antes los jugadores eran dóciles y ahora son más rebeldes?

- Sin dudas que en la actualidad los chicos no sé si están más rebeldes pero quizás expresan más lo que sienten. Y como tienen más libertad han perdido un poco la responsabilidad también. Por ejemplo, si nosotros teníamos que jugar el domingo, el sábado a la noche no salíamos. Pero ahora yo me levanto temprano los domingos, salgo a tomar mate en la camioneta y he visto pibes que a las 8 de la mañana todavía no han llegado a la casa y a las 2 de la tarde están dormidos atándose los botines para entrar a jugar. Entonces, el entrenamiento que hiciste durante toda la semana nunca te puede dar un buen resultado si el chico se acuesta a las 9 de la mañana después de haber ido a un boliche. Deberían tener más disciplina y amor por la camiseta. Otro ejemplo, nosotros cuando jugábamos en primera, teníamos que esperar a que termine la reserva en los vestuarios con paredes de fideos que tenía ADEV para poder ponernos los botines que ellos terminaban de usar en su partido. Recuerdo que me cambiaba y me ponía de nuevo las zapatillas para calentar hasta que llegaran los botines de la reserva. Porque antes no había recursos en los clubes, pero hoy están mucho más cómodos y tienen sus botines, camiseta, pantalón, medias y todo lo que necesitan para practicar el deporte. 

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