Mia sigue esperando un corazón y nosotros no tomamos conciencia

Opinión, por Federico Franco (*) 


Una de las principales características de un niño de tres años es el desarrollo en lo social con otros pequeños, generalmente a esa edad empiezan a asistir a los jardines de infantes y por ende a crear vínculos de amistad con compañeros. Pero lamentablemente no todos los niños pasan por las mismas circunstancias. Algunos sufren de graves enfermedades con crueles realidades que no le permiten vivir la vida de un niño de su edad, tal es el caso de Mia Valentina.


Desde antes de su nacimiento, Mia sufre de una patología que afecta de forma directa al órgano más vital e importante que posee el ser humano: el corazón. Su corta edad transcurrió acompañada de una serie de altibajos que la llevaron a entrar y salir de terapia intensiva hasta que la situación se fue agravando y la urgencia creció considerablemente. Mia Valentina se encuentra en la lista de emergencia nacional del Incucai esperando ese órgano que tanto requiere para ser una niña que juega con otros pequeños, que salta, se divierte, asiste a una escuela y aprende.

Desde hace más de un año está conectada a un aparato que la mantiene con vida, a un corazón artificial, hasta que llegue el que la salvará.
Con solo tres años superó momentos dolorosos, momentos de impotencia y de interrogantes consecutivos pero su madre, su abuela y muchas otras personas que la visitan a diario le tienden la mano, la abrazan fuerte y le explican con un vocabulario acorde a su edad para que entienda, que hasta que la gente no entienda la importancia de la donación de órganos, ella seguirá viviendo dentro de un hospital. Pero con optimismo y esperanzas también le dicen que el "momento llegará pronto".



El momento llegará cuando la población entienda y sea consciente de que tomar la decisión de donar puede salvar vidas, y sobre todo, el momento va a llegar cuando desde el Estado, fundamentalmente desde el Gobierno, haya la predisposición y solidaridad necesaria como para montar campañas firmes y efectivas sobre la donación de órganos. Mientras tanto mueren niños, mientras tanto sufren personas, mientras tanto Mia se debe acostumbrar a pinchazos, estudios dolorosos y a jugar dentro de cuatro paredes pegada a un aparato que le sale del pecho.

¿Y qué podemos hacer nosotros para ayudarla? Mucho. Primero podemos informarnos sobre este tema, luego podemos visitar la página de Facebook de Mia (Un Corazón para Mia Valentina-oficial) y compartir sus publicaciones, después podemos manifestarnos como donantes ingresando a la página del Incucai. Es decir, desde un sillón, desde una plaza, o acostados en una cama podemos salvar una vida. Una vida de una pequeñita que quiere conocer una plaza, que quiere ir al jardín y jugar con compañeritos.

Con toda esta situación encima, Mia no deja de sonreír, en cada foto se la ve radiante y con muchas ganas de vivir. Y a través de esa sonrisa nos manda un mensaje motivador, nos dice que a pesar de todo sigue luchando día a día para ser una niña como cualquier otra y nos hace saber que en situaciones complejas como estas sí se puede sonreír y creer en los milagros. Pero también nos pide ayuda. Ella nos necesita, ella es jujeña y quiere conocer su lugar, visitar a su familia que vive en Ledesma, jugar con sus primos: Mia Valentina quiere vivir.

La podes ayudar dándole “Me Gusta” a su página de Facebook que es: Un Corazón Para Mia Valentina-Oficial. El número de contacto para todos aquellos que quieran saber más sobre ella es (011) 1525953585, o vía Twitter: #UnCorazónParaMiaValentina.

(*) El artículo fue publicado ayer en el diario El Tribuno, de Jujuy

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