El vecino Tomás Adolfo Enríquez vive en la esquina de Zaburlín y Córdoba, frente a la exestación del ferrocarril, en la zona oeste de Villaguay, y sufrió como pocos la intensidad de la inundación del pasado lunes. Esa penosa situación, según él, tuvo su origen en un hecho muy puntual: "las zanjas y los tubos [que van por debajo de las calles] están "tapados" y "llenos de yuyos".
En diálogo con EL PUEBLO, recordó que hace aproximadamente dos años la municipalidad envió a una cuadrilla de operarios para arreglar los desagües y cunetas que pasan por la esquina, pero "hicieron mal su trabajo" y "todo fue peor", de manera que "ahora se inunda más que antes".
"Hubieran dejado todo como estaba", agregó el vecino, y sostuvo que las tareas mal hechas y la proliferación de malezas resultaron determinantes para que el agua fluyera hacia su casa durante la lluvia del pasado lunes.
Ante ese panorama, pidió que la municipalidad "no haga oídos sordos" a su reclamo sino que envíe personal a hacer los trabajos correspondientes: no sólo a "cortar algunos pastos" sino a "cavar la zanja" más profundo para que el agua pueda correr sin obstáculos en vez de acumularse y terminar inundando su vivienda.
Aclaró, no obstante, que no tiene muchas esperanzas de recibir ayuda oficial; de hecho, recordó que ya el año pasado había dado a conocer una queja idéntica a través de este diario pero fue ignorado por las autoridades municipales.
De todos modos, dejó en claro que la ausencia de obras no lo afecta sólo a él y recordó el caso de varios autos que terminaron en la cuneta frente a su domicilio porque la altura de los pastos les impidió a sus conductores darse cuenta del desnivel del terreno.
Pese a tantos infortunios, el vecino expresó su agradecimiento a los bomberos que le entregaron unas bolsas de arena que serán útiles para evitar el ingreso del agua a su vivienda si volviera a ocurrir una situación como la del lunes.
Tomás Enríquez era conductor de colectivos y ahora es jubilado. Vive habitualmente con su pareja pero estaba solo en el momento de la inundación.
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Vandalismo y abandono
Tomás Enríquez contó que la plaza de enfrente a su casa, llamada 'Pedro Ferreyra' en homenaje a su suegro, que fue intendente, está invadida por un pastizal que suele ser cortado "así nomás" y sin mucha frecuencia.
Aseguró además que allí "se junta el malandraje" de ese barrio y también de otros. "Dicen que van ahí a drogarse; yo no he visto nada porque ni sé cómo es la droga pero veo que han roto los bancos, las mesas, las hamacas y el tobogán. También sacaron la placa donde estaba el nombre de la plaza. Es un abandono total", detalló.