Ocho
villaguayenses de diversas extracciones ideológicas, todos ligados directa o
indirectamente a los asuntos públicos, fueron invitados ayer por EL PUEBLO a
dar una muy breve opinión sobre la ley de reforma previsional y acerca de los
hechos de violencia que se generaron el lunes en cercanías del Congreso
Nacional durante el tratamiento del polémico proyecto.
Cristina Carbini
(Docente, ex diputada
provincial)
Participé en
muchas marchas con Agmer Ctera y CTA, pero nunca con la cara tapada ni con
palos ni explosivos ni piedras ni destruyendo propiedad pública o privada.
¿Cuál es el objetivo de quienes así lo hacen? ¿Cuál es su incentivo? Seguro no
es el de defender un ideal. ¿Acaso quieren que la policía reprima para
victimizarse? ¿Acaso reciben dinero e instrucciones? Queda la duda y no ayuda
quienes manifiestan sus disconformidades de manera espontánea, sincera y
pacífica.
Me indigna la
violencia y obviamente me solidarizo con los policías, con los periodistas y
con todos los ciudadanos que quisieron manifestarse y fueron heridos el lunes en
inmediaciones del Congreso Nacional. Las agresiones son inaceptables y van
mucho más allá de estar o no de acuerdo con la ley que se trataba en la cámara
de diputados.
Yo sostengo que,
de un extremo a otro del arco político, hay poco interés en políticas de Estado
sustentables en el tiempo, sobre todo en temas que no generan poder y divisas,
como el de los jubilados o el medioambiente. Esto me recuerda a una triste frase del jurista,
filósofo, historiador y senador vitalicio de Italia, Norberto Bobbio: "En
una sociedad donde todo se compra y se vende, también la vejez puede
convertirse en una mercancía como las demás". Lamentablemente es así: no
sólo la vejez, sino también la infancia y la pobreza, son usadas muchas veces
por diversos sectores para sacar algún rédito.
Creo que sólo
podremos salir adelante cuando logremos consolidar una educación que forme
mentes libres y espíritu crítico.
Martín Carruego
(Periodista)
Hubo ayer por lo
menos tres episodios que deben necesariamente analizarse por separado, aunque
forman parte de un todo.
En principio, los
hechos de violencia registrados en las afueras del Congreso, donde grupos
minúsculos de delincuentes protagonizaron escenas que ningún argentino bien
nacido quiere volver a ver. Frente a ello, el repudio y el pedido de que se
identifique y castigue a sus responsables.
En segundo lugar,
el debate de un proyecto de ley inconstitucional, que avanza sobre derechos
adquiridos de jubilados, trabajadores y autónomos, a partir de un quórum
logrado desde la extorsión a los gobernadores. En ese punto, comprendo la
decisión del gobernador Gustavo Bordet. Con la responsabilidad que amerita su
función, prefirió no poner en riesgo la gobernabilidad de Entre Ríos. La última
vez que un gobernador entrerriano “se peleó” con la nación, en la provincia los
empleados y jubilados estuvieron tres meses sin cobrar y cuando volvieron a
hacerlo fue en bonos Federales, que llegaron a cotizar rápidamente a la mitad
de su valor, favoreciendo conductas especulatorias de muchos que hoy se rasgan
las vestiduras.
El tercer episodio
a analizar fueron los cacerolazos en varias esquinas porteñas y de otras
ciudades del país, donde se observó –allí sí- la reacción popular frente a la
iniciativa de reforma previsional de Mauricio Macri, que es en definitiva el
epicentro de todo. No se trata sólo de cómo afectará a los actuales jubilados,
sino de los efectos negativos que tendrá sobre los futuros beneficiarios y de
las consecuencias que acarreará para el mercado laboral, en especial para la
inserción de los jóvenes en ese mercado.
Juan Manuel Fabricius
(Periodista, docente,
director de Radio Municipal Villaguay)
Fue otro “error
de cálculo” de Macri por el que pagará un oneroso costo político, más allá del
resultado en el Congreso.
El presidente
creyó que era suficiente acordar con los gobernadores y mantener a raya a la
CGT para lograr la aprobación de esta modificación de la fórmula de
actualización de las jubilaciones (me parece exagerado llamarla "reforma
previsional"). Subestimó el accionar de las organizaciones sociales y la
intransigencia del Club del Helicóptero, que aprovechará cualquier paso en
falso para agitar las aguas de un fin anticipado. Y olvidó que la calle es el
espacio en que sus detractores mejor se mueven, un ámbito cuya significancia en
nuestro país sigue teniendo un peso muy superior al que pueda oponerse a través
de las redes virtuales.
Olga Hait
(Docente, directora
teatral)
Yo no tengo color
político pero sí tengo claro que el gobierno está orinando afuera de la lata y
que los mafiosos que perdieron las elecciones pretenden defecar en la cabeza de
todos. Están desesperados buscando un muerto y lo van a fabricar ellos mismos.
Sus acciones no tienen nada que ver con los jubilados: no les importan ni un
poquito. Solamente les interesa usar este tema para sus asquerosos intereses.
Mi papá me pidió
que aclare que no autoriza a ningún delincuente violento a arrogarse la defensa
de su jubilación mínima porque él jamás reclamaría en esos términos.
(El texto fue posteado ayer en Facebook y
autorizado por Olga Hait para su publicación en este artículo).
Osvaldo Quiroga
(Director del Museo de
Villa Domínguez)
Es
sumamente peligroso para nuestra sociedad lo que se vivió en estos días. Es
lamentable asistir al debilitamiento de una condición indispensable para la
vida en democracia, que es el fortalecimiento del Estado de Derecho.
El
pueblo gobierna y delibera sólo por medio de sus representantes. Respetemos las
leyes y las instituciones democráticas. Sólo la ley nos hace libres y sin ser
libres seguiremos rodando por la pendiente de la desintegración.
Hugo
Retamar
(Dirigente
de la agrupación justicialista Frente Litoral. Secretario gremial del Sindicato
Argentino de Televisión en Entre Ríos)
Yo
repudio la reforma previsional porque pierden los más débiles. También
repudio a los violentos de siempre, minoritarios y no representativos, que
empañan la protesta social. Y también entiendo que la policía resistió hasta no
bancar más los piedrazos.
Ayer los
sindicatos que realmente luchamos por defender los intereses de la clase
trabajadora marchamos contra la reforma. Es lógico que el pueblo se manifieste
ante el avance de leyes insensibles que atentan contra derechos conquistados en
años de lucha.
Considero que
Cambiemos estafó a sus propios votantes, ya que prometió la revolución de la
alegría y ahora está haciendo todo lo contrario. Los argentinos necesitamos de
una gran mesa de consenso social o la protesta social irá en ascenso.
Luis Uriona
(Arquitecto. Ex
candidato a intendente. Actual delegado en la provincia
de la Secretaría de Vivienda de la Nación)
A pesar de todo
lo que nos ha ocurrido a los argentinos, todavía existen grupos, organizados o
espontáneos, que apelan a la violencia como instrumento de acción política.
Ayer se vio incluso a varios diputados que se alegraban cuando se interrumpía la
sesión a raíz de los graves incidentes en inmediaciones del Congreso Nacional.
Entre ellos había importantes dirigentes y hasta un ex candidato a presidente.
Los argentinos tenemos
que hacernos cargo de lo que hemos hecho, por acción u omisión. Debemos asumir la
gravedad de los problemas y reflexionar acerca de nuestras responsabilidades.
Juan Vela
(Abogado. Concejal por el frente Cambiemos)
No hay justificativo
para la violencia y mucho menos cuando se la utiliza como herramienta para
impedir el correcto funcionamiento de las instituciones de la república.
Manifestarse pública y pacíficamente es un derecho de todo ciudadano: se puede
estar a favor o en contra de un proyecto, pero el lugar de debate plural y
democrático en búsqueda de los consensos es el Congreso de la Nación.
0 Comentarios