En los ladrillos de cocaína incautados por personal de Gendarmería Nacional en Santiago del Estero hay algo que los distingue entre sí: la imagen de una sirena, una paloma de la paz, y el tercero tiene la marca de un águila.
Según el testimonio de expertos, las bandas suelen elegir un distintivo para marcar su "producto", por lo que se podría suponer que la droga incautada es de tres proveedores diferentes. Otros indican que esto podría significar "diferentes niveles de pureza" entre un paquete y otro.
Según el diario El Liberal, el logo del águila podría ser una señal de que la droga le pertenece al clan Castedo, liderado por Reinaldo Delfín Castedo, uno de los criminales que domina la frontera entre Bolivia y Argentina.
En ese marco, el diario Clarín recuerda que el 5 de mayo, sobre la ruta provincial 5, cerca de la localidad salteña de Las Lajitas, la Policía encontró -escondidos en un camión que transportaba bananas- 250 "ladrillos" de una sustancia blanca. En principio se pensó que era cocaína, luego los reactivos marcaron metanfetamina, más tarde heroína y finalmente resultó algo inédito: fenacetina, un analgésico prohibido en Estados Unidos y Europa a principios de los '80, que aún se usa en la industria farmaceútica argentina pero no se fabrica aquí. Casi dos meses después, el hallazgo de 1.838 kilos de cocaína en un campo de Santiago del Estero abrió una nueva hipótesis sobre ese misterioso cargamento.
Tras los resultados de laboratorio que determinaron que se trataba de fenacetina, el fiscal federal N° 1 de Salta, Ricardo Toranzo, acreditó que los 266,750 kilos de ese analgésico equivalían casi al total de lo que se importa anualmente para hacer remedios (entre 300 y 400 kilos). Si bien en zonas de frontera ya habían hallado esta sustancia en casos de "mulas", siempre fue en cantidades menores.
Además, Toranzo averiguó que la sustancia -segunda en el uso de corte de cocaína después de la cafeína- es cara: vale cerca de 1.600 pesos el kilo. Esto puso en jaque su primera teoría de que una banda había engañado a otra, vendiéndole gato por liebre. El cargamento secuestrado tenía un valor de casi 500 mil pesos, demasiado dinero invertido para una trampa.
Un dato clave para tratar de resolver el misterio llegó desde cielo, el martes a la tarde. Desde una avioneta cayeron a un campo de Los Pirpintos, en Santiago del Estero, nueve bolsas con 30 kilos de cocaína. Luego la Gendarmería secuestró más en un galpón cercano. En total, fueron 1.838 kilos.
Como una avioneta no puede llevar más de 350 kilos por viaje, se calcula que los narcos hicieron varias entregas y acopiaron envíos. Por eso que la cocaína tenía diferentes logos. Uno de ellos, un dibujo de un águila en pleno vuelo, es la pieza que estaba esperando Toranzo.
Los panes de fenacetina secuestrados en mayo en Las Lajitas son exactamente iguales en envoltorio y logo a la inmensa mayoría de los "ladrillos" decomisados el martes en Los Pirpintos. No es la única conexión: uno de los detenidos el martes, que quedó a disposición del juez federal de Santiago del Estero, Guillermo Molinari, es de Salta. Además, las dos localidades implicadas en la investigación están a 300 kilómetros de distancia, prácticamente en línea recta por la ruta 16.
"Creemos que podemos estar frente a una misma organización que se maneja en forma de células: unos tiran la droga desde avionetas, otros la rescatan y otros consiguen la sustancia para cortarla", sostuvo una fuente judicial cuya teoría es que el sello del águila es una identificación para juntar un lote de droga con su correspondiente sustancia de corte.
Por lo pronto, siguiendo la ruta de la fenacetina, el fiscal Toranzo llegó hasta el paso fronterizo de Salvador Mazza. Por allí entró el camión con 23.000 kilos de bananas. Sin embargo, fue escaneado y no se detectó nada, por lo que una hipótesis es que el químico fue cargado en Argentina.
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