Patricia y Alberto soñaban con ser padres y se inscribieron en el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines de Adopción de Entre Ríos. Tras años de espera, les llegó la oportunidad de adoptar a dos niños. Sin embargo, eran cuatro hermanos y decidieron adoptarlos a todos para no separarlos. Su historia de amor conmueve a la ciudad de Villaguay, donde viven, y a toda la provincia.
“Es hermoso, tenemos un grupo de cuatro ángeles”, comenzó diciendo Alberto en diálogo con Canal Nueve Litoral y su esposa contó: “Nos dijeron que había dos niños y que tenían dos hermanitos más, que no sabían bien dónde iban a ir. Entonces nos miramos y dije: ‘Los cuatro o seguimos en lista de espera‘”. “Queríamos que estuvieran los cuatro juntos. Son apoyo mutuo. Estaban acostumbrados a jugar en el mismo lugar. Estaban acostumbrados a auxiliarse ante los inconvenientes. Venían viviendo hace muchos años en un hogar”, agregó el hombre.
Así, la pareja se animó al desafío de ampliar la familia, guiados por el amor, a pesar de las dificultades que pudieran presentarse. Adoptaron cuatro hermanos de 4, 9, 10 y 12 años, respectivamente. “Cuando los vi por primera vez sentí que eran el mayor privilegio, la mayor bendición que Dios me pudo haber dado. Los más grandes dijeron ‘Hola, mami’ y los dos más chicos fueron atrás del papá”, expresó Patricia, emocionada por el recuerdo.
“¿Sabés lo que es que por el pasillo del Juzgado vengan cuatro chicos corriendo, diciendo ‘Mami’ y ‘Papi’, como si nos conocieran de toda la vida? Es hermoso, es lo mejor que nos pudo haber pasado en la vida“, subrayó el padre, al tiempo que señaló que adoptarlos “fue un gran cambio en nuestras vidas”.
El mensaje de la madre para quienes están pensando en adoptar niños es “que se animen, se puede, el momento va a llegar. No necesariamente tiene que ser un bebé. Hay que mirarlos con los ojos del corazón y abrirles los brazos para que cuando lleguen estén dispuestos a abrazarlos con el alma, querer y dejarse querer”.
“Si la pareja está decidida a adoptar, tiene que tomarse de la mano y mirar para adelante. No importa el qué dirán ni la edad de los niños. Son chicos, son dulces, son niños que están llenos de amor y quieren recibir amor. Han tenido tanta ausencia de amor que cuando ven que les dan amor definitivo, se aferran a eso. Es un gran acto de amor”, destacó Alberto.
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