Alejandra Pies: "Mi alma se sana cada vez que llego a Villaguay y veo las sonrisas de quienes nos reciben"
Alejandra Pies vive en San Isidro (Buenos Aires) pero utiliza a la solidaridad como un puente para derribar los límites físicos y estar permanentemente conectada con los alumnos de la Escuela 3 Francisco Podestá de Villaguay, a quienes amadrina desde 2005. Como su lazo con nuestra ciudad es muy fuerte, ahora se planteó un nuevo desafío: conseguir pintura para mejorar el frente del hospital Santa Rosa.
Alejandra recibe los mimos de sus ahijados de la Escuela Nº 3 Francisco Podestá |
“Un día le transmití a un amigo mi deseo de ayudar a una institución escolar. Entonces me consiguió la escuela Francisco Podestá. Cuando llegamos jamás pensé que tenía ese tamaño. La idea era reunir a los padres de Buenos Aires con los de Villaguay y pintar el edificio entre todos. Pensé que sería un lindísimo momento para compartir cada hijo con su padre, porque observaba que los padres de acá siempre vivían apurados”, cuenta Alejandra sobre su primer contacto con Villaguay, hace poco más de 13 años.
La counselor de 53 años recuerda que fueron alrededor de 50 personas las que viajaron en vacaciones de invierno (julio) hasta el centro de la provincia para concretar ese proyecto y cuando emprendían el retorno recibió un pedido muy especial: “El día que nos estábamos yendo, Sonia Frank (directora del establecimiento) me dijo que el jardín Hormiguita Viajera también tenía muchas necesidades y me preguntó si no quería ser la madrina. Así comenzó mi relación con Villaguay y mi lindísima amistad con Sonia”, explica.
La counselor de 53 años recuerda que fueron alrededor de 50 personas las que viajaron en vacaciones de invierno (julio) hasta el centro de la provincia para concretar ese proyecto y cuando emprendían el retorno recibió un pedido muy especial: “El día que nos estábamos yendo, Sonia Frank (directora del establecimiento) me dijo que el jardín Hormiguita Viajera también tenía muchas necesidades y me preguntó si no quería ser la madrina. Así comenzó mi relación con Villaguay y mi lindísima amistad con Sonia”, explica.
Pies en marcha
Sin saberlo además ese fue el puntapié inicial de “Pies en marcha”. La organización tiene logo propio: los pies rojos simbolizan personas que caminan con sus pies calientes (es decir que tienen las necesidades básicas cubiertas y más), los pies azules marchan con necesidades y el verde hace referencia a la esperanza de que todos ellos se crucen entre sí y el círculo se convierta en más pies rojos.
Hoy en día el grupo está conformado por tres personas fijas: Alejandra Pies (fundadora), Carmen Beltrami (directora general) y Lucía Alcorta (coordinadora), además de otros 20 voluntarios que van rotando permanentemente.
Hoy en día el grupo está conformado por tres personas fijas: Alejandra Pies (fundadora), Carmen Beltrami (directora general) y Lucía Alcorta (coordinadora), además de otros 20 voluntarios que van rotando permanentemente.
En un principio, sus integrantes comenzaron a recolectar donaciones a través de sus amistades, pero con el tiempo consiguieron que se sume el hospital Sirio Libanés, el cual siempre dona elementos para el nosocomio de Villaguay. A partir de una nota publicada en el diario La Nación, el grupo cobró notoriedad y varias personas se ofrecieron a colaborar con sus campañas.
El equipo del hospital Sirio Libanés |
Por el momento, la ayuda se extiende a la escuela Francisco Podestá y este año decidieron incorporar al hospital Santa Rosa. “Durante casi 6 años yo estuve muy enferma y me di cuenta de que la salud es lo más importante que tenemos en la vida y que sin ella no somos nada. A pesar de todo jamás dejé de estar comunicada con Sonia, pero mi aporte en ese momento era menor, ya que la mayoría de las personas que visitaron Villaguay la primera vez ya no estaban. Así que con mi hija Delfina Caride nos íbamos las dos en el auto y acercábamos los alimentos o donaciones que nos daban”, resume.
La mujer se sorprende por el apoyo de la gente y el crecimiento exponencial de la agrupación: “Cuando mi salud mejoró mi sueño se agrandó y recobró mayor fuerza, y sin querer y feliz de que la gente confiara en mí, empezamos a recibir más donaciones. Es increíble cómo creció Pies en marcha en 2018. Hoy me piden que forme una fundación o una ONG, pero mi sueño es que la gente done porque lo sienten desde el corazón, no para evadir impuestos ya que las empresas no donan a los grupos independientes. Así que hoy quienes me rodean me dicen que tengo que hacer o crear una fundación, ya que el fin justifica los medios... y en eso hoy estamos trabajando”, asegura.
También dijo que han recibido varios pedidos de colaboración desde Corrientes, Villa Paranacito y otras localidades, pero tuvieron que rechazarlos, porque la idea es no abarcar más lugares hasta que estas dos instituciones funcionen como se merecen. Aunque reconoció que analizan a futuro añadir nuevos desafíos.
“Nuestro objetivo es que las personas más vulnerables, tanto los niños como los enfermos, ancianos, o usuarios de salud mental vivan dignamente como se merece cualquier ser humano”, resume y mantiene viva la convicción de que eso se logra no solo a través de lo material, sino también por intermedio de la transmisión del amor mediante un abrazo o una caricia.
Consultada sobre sus sensaciones a la hora de dar una mano a quienes más lo necesitan, Alejandra confiesa: “Mi sensación cuando ayudo a alguien es que recibo mucho más de lo que doy. Me da felicidad y sé que parte de mi sanación es ayudar. Mi alma se sana cada vez que llego a Villaguay y veo las sonrisas de quienes nos reciben. Es un camino de sanación para mi (quizás soy un poco egoísta... pero es un egoísmo Sano)”.
“Siempre me preguntan por qué ayudo a un lugar que no me queda cerca, si acá en Buenos Aires hay tanto para ayudar. Mi respuesta es que en las provincias están más solos. Ellos necesitan un puente con Buenos Aires y eso es Pies en Marcha un puente que puede ayudar desde acá. Me gusta ir saber de los maestros, cómo se sienten, de las personas que integran Sana Locura (con quienes comparten las campañas), las que trabajan con tanto amor en el hospital me gusta ser parte de Villaguay. La gente es increíblemente amorosa cada vez que voy me emocionan. Su fortaleza me fortalece a mí", reconoce.
Consultada sobre sus sensaciones a la hora de dar una mano a quienes más lo necesitan, Alejandra confiesa: “Mi sensación cuando ayudo a alguien es que recibo mucho más de lo que doy. Me da felicidad y sé que parte de mi sanación es ayudar. Mi alma se sana cada vez que llego a Villaguay y veo las sonrisas de quienes nos reciben. Es un camino de sanación para mi (quizás soy un poco egoísta... pero es un egoísmo Sano)”.
“Siempre me preguntan por qué ayudo a un lugar que no me queda cerca, si acá en Buenos Aires hay tanto para ayudar. Mi respuesta es que en las provincias están más solos. Ellos necesitan un puente con Buenos Aires y eso es Pies en Marcha un puente que puede ayudar desde acá. Me gusta ir saber de los maestros, cómo se sienten, de las personas que integran Sana Locura (con quienes comparten las campañas), las que trabajan con tanto amor en el hospital me gusta ser parte de Villaguay. La gente es increíblemente amorosa cada vez que voy me emocionan. Su fortaleza me fortalece a mí", reconoce.
Todos por el hospital Santa Rosa
Hace algunas semanas, Pies en marcha inició una campaña desde su cuenta oficial de Facebook para conseguir pintura para nuestro hospital: "Este elefante gris hospital Santa Rosa se tiene que convertir en un elefante blanco en 2019. Sana Locura y Pies en marcha quieren que este sueño se haga realidad. Quien pueda donar pintura para exteriores les agradecemos muchísimo ya que los que habitan este hospital lo necesitan", detallaron en la publicación y aspiran a cumplir ese sueño de ver reluciente el frente del nosocomio que día a día recibe a numerosos pacientes.