Muchas personas lo conocían en la ciudad de Paraná y sabían de su "labor", ya que el robo de motos es uno de los ilícitos más comunes en la capital provincial. El ex policía Daniel Lenardón tenía una larga experiencia en "el rescate de motos" y acumulaba años desempeñándose en tal actividad ilícita, pero el 13 de marzo en 2012 fue detenido tras ser investigado a raíz de la gran cantidad de motos que se robaban en la ciudad y que las víctimas buscaban recuperar tras el pago de cierta suma de dinero.
El rostro del reconocido personaje fue fotografiado esta mañana cuando llegó al tribunal acompañado de su abogado defensor, Hugo Gemelli, para enfrentar los cargos ante la audiencia con la fiscal Carolina Castagno y que encabezaba la jueza Marina Barbagelata.
En el tribunal se ventiló que Lenardón cobraba 300 pesos por cada moto recuperada y según se dijo en la audiencia, el ex policía y titular de una agencia de Investigación Privada, cobró por recuperar más de mil motos.
Por 15 denuncias
De esta manera, en el juicio abreviado al que arribaba por 15 denuncias en su contra, se acordó una condena de tres años de cumplimiento condicional para el ex policía, que al momento de ser detenido ya no se desempeñaba en la fuerza, pero que habría tenido contactos policiales, de los que obtenía los datos de los denunciantes del robo de sus motos, para contactarlos y obtener el "rescate" en dinero.
Lenardón llegaba al juicio en libertad y era acusado de "estafas reiteradas, hurtos y robo", una acusación que en apariencia sería leve para la gran cantidad de "rescates" que cobró el ex policía.
Pena condicional y tareas comunitarias
Finalmente, la jueza Marina Barbagelata, avaló la pena acordada de tres años de prisión condicional en el juicio abreviado, en que se declaró a Daniel Lenardón, culpable de quince hechos, entre ellos: "Hurto calificado. Hurto simple. Robo calificado y robo simple. Estafas consumadas e intentos Coacción".
Además, en la llamativa condena, que algunos podrían calificar de leve, el "Rescatador" Lenardón, deberá realizar ocho horas mensuales de trabajos comunitarios no remunerados durante tres años y se le impusieron normas de conducta que también deberá respetar.
En caso de no realizar las tareas comunitarias, Lenardón tiene que llevar a cabo un oficio o taller que le permita su reinserción laboral, dispuso el acuerdo logrado este martes.
Si bien, mañana se realizará una nueva audiencia en lo que se leerá la parte resolutiva de la condena acordada, de esta manera concluye el juicio contra el controvertido personaje de Paraná, que se dedicaba al rescate de motos a cambio de dinero.
Los hechos
El imputado formaba parte de una red delictiva que sustraía motos en Paraná, integrada por los delincuentes que robaban las motos, policías que brindaban los datos de los denunciantes y Lenardón que contactaba a las víctimas de los robos para pedirles el posterior rescate económico por su vehículo.
El sujeto se presentaba como el titular de la agencia de investigaciones privadas Escorpio y que estaba vinculado con el aceitado negocio del robo de motos. Así llega al juicio el "Rescatador", aunque nada se sabe de los efectivos policiales que administraban los datos a Lenardón.
Cómo operaba
Este personaje se movía en el anonimato y ante la situación del robo de una moto, "aparecía" para ofrecer sus servicios. En el primer contacto, "el rescatador" acordaba una reunión con el damnificado en algún barrio alejado, le pedía los datos del vehículo sustraído y una "entrega" para comenzar su tarea.
Además, exigía exclusividad y prohibía comunicar a la Policía tal situación, comentarios u otra acción paralela para ubicar el rodado.
Horas después, el sujeto se comunicaba con el dueño de la moto para darle el parte de la situación: si la moto estaba desarmada, alterada o intacta.
Así, si la víctima del robo elegía recuperarla, debía pagar la suma que Lenardón les pedía por el recupero ante los delincuentes que la habían robado.
Si el negocio se concretaba, en apenas unas horas más, "el Rescatador", en su propio vehículo, llevaba al dueño de la moto a algún lugar donde el rodado esperaba para volver a manos de su propietario.
Según trascendió Lenardón exigía que sólo concurra el interesado en recuperar el rodado, sin acompañantes. De lo contrario, el operativo turbio llegaba a su fin y "se perdía tanto el rastro de la moto como el dinero invertido", según él les comunicaba. (Fuente: El Once).
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