La Unidad Fiscal de Villaguay, a cargo de Nadia Benedetti, pidió ayer la elevación a juicio de la causa caratulada 'Marcelino Moya s/Promoción de la Corrupción agravada' que se inició en junio de 2015 a partir de una investigación periodística.
Fue en los Tribunales de Paraná, ante el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull, donde las víctimas rompieron el silencio acerca de los supuestos hechos ocurridos hace más de 25 años en la parroquia Santa Rosa de Lima. Dos ex monaguillos denunciaron a Moya como el responsable de haberlos abusado cuando eran menores de edad, después de haberlos convencido de que podían compartir actividades en su habitación.
Una de las víctimas tenía 12 años cuando fue ultrajada, la otra entre 14 y 16 años; hoy son profesionales que todavía padecen las consecuencias de aquellos actos de perversidad. "La evidencia más importante son los testimonios de las dos víctimas, también tenemos el testimonio de personas con los que se pudo rearmar la historia y fundamentalmente el testimonio que brindaron las psicólogas-psiquiatras del cuerpo médico forense de Paraná, quienes evaluaron a las dos víctimas. Y además las dos psicólogas que atendieron a uno de los denunciantes en Rosario. Allí es donde pudo contar por primera vez lo que le había sucedido", enumeró la fiscal Benedetti sobre los fundamentos que tuvo en cuenta para requerir la medida.
Por el tipo de delito que se le atribuye al Cura payador (hechos de corrupción reiterados y abuso simple) la acusación podría reclamar una pena superior a los 15 años. El trámite administrativo del pedido de elevación a juicio de la causa ya se cursó al Juzgado de Garantías y Transición de Villaguay, que conduce el juez Carlos Ramón Zaburlín, y por lo pronto, la semana próxima se correrá traslado tanto a la querella como a la defensa.
Posteriormente tendrá lugar la audiencia de remisión de la causa a juicio en el Juzgado de Garantías. En esa instancia el magistrado actuante definirá entre toda la evidencia presentada por las partes cuál efectivamente irá a debate. Si bien determinar la fecha del juicio oral y público dependerá de los plazos de la Justicia, en forma extraoficial se podría anticipar que sería después de la feria judicial de invierno.
Enfermo y sin pericia
Marcelino Moya pasa sus días en la casa de su madre, en María Grande. Desde que le dieron el alta en la clínica San Camilo, en Buenos Aires, se lo ve poco y nada por las calles de esa localidad del Departamento Paraná. El cura había estado internado durante los primeros días de enero en el hospital San Martín de Paraná, aparentemente por un grave problema de salud. Si bien nadie lo quiso confirmar, los abogados querellantes sospechan que estaría afectado por una enfermedad de transmisión sexual.
Por el mismo cuadro debió ser derivado a otra provincia para continuar con su tratamiento. De hecho la querella formuló un pedido para que se levantara el secreto profesional a las médicas tratantes de Moya, pero que recibió el rechazo de un tribunal de alzada. Esta circunstancia demoró la pericia psicológica solicitada por la querella e incluso se temió que pudiera entorpecer el avance de la investigación. Finalmente, el sacerdote comunicó a través de su abogado que se negaba a realizar esta medida. "Esa actuación la había pedido en diciembre", reconoció Benedetti.
La pericia, la clave
El informe pericial psicológico efectuado a las dos víctimas resultó fundamental para acreditar los abusos sufridos por los denunciantes entre 1992 y 1996. "No tienen motivaciones secundarias para mentir, sus relatos resultan veraces. La Fiscalía considera que dos profesionales, con la edad que tienen, no presentan ningún motivo para inventar lo que han denunciado", subrayó la fiscal.
Desde que se abrió la causa penal, el Arzobispado de Paraná decidió suspender a Moya en el ejercicio del sacerdocio y se le inició un proceso eclesiástico, a pedido del arzobispo Juan Alberto Puiggari.
"Si bien son hechos que han pasado hace muchos años, se ha podido respaldar la palabra de las víctimas que se han animado a hablar. Tengamos en cuenta que eran personas menores y lo que representaba la Iglesia en aquella época. La Fiscalía cree fervientemente en la palabra de las víctimas", argumentó Benedetti.
Satisfacción de la querella
Florencio Montiel es el abogado de uno de los denunciantes que señaló a Moya como responsable de hechos cometidos en la parroquia Santa Rosa de Lima de Villaguay. El querellante reconoció que el pedido de remisión a juicio "significa un gran avance".
"Ahora nos vamos a poner a trabajar en el juicio y en las estrategias que vamos a desplegar", admitió uno de los querellantes. El letrado sostuvo que a partir de algunos testimonios se puede suponer que "hubo otros intentos de abuso".
Montiel explicó que en el expediente surge que "Moya se movía en un círculo de cuatro o cinco chicos que eran sus preferidos", y a la vez consideró que faltan elementos o terminar de producir algunas pruebas.
Acerca del momento que atraviesa su representado, el abogado contó: "Está canalizando todo el sufrimiento, pero lo importante es que se ha enfocado en trabajar en la prevención para evitar nuevos abusos y en la contención a las víctimas de estos hechos. Le costó muchos años superar todo esto, incluso mucho tiempo de terapia".
"Ninguna persona que haga una denuncia va a ser un fabulador, con todo lo que eso conlleva y al ser la Iglesia que está de por medio", advirtió el profesional.
Por último criticó la actuación del clero: "La investigación se hizo en penumbras y nunca prestaron ningún tipo de colaboración". (Fuente:
Uno Entre Ríos).
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