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“Ellos se asustaron con los gritos de mi compañera”



Todo sucedió ayer, alrededor de las 7.45. Cuando las dos empleadas de la firma Agro Amaclem, que funciona en el primer piso del edificio Eco Torre, de Gualeguaychú, llegaron – cada una por su lado -para comenzar su día de trabajo, observaron que en la puerta había dos personas, con baldes y fratachos, que parecían albañiles esperando a alguien.



Esto les pareció sospechoso a ambas, que más allá de todo ingresaron sin problemas al edificio, pero pocos minutos después todo cambió. “Llegué a la oficina y con mi compañera nos pusimos a conversar mientras esperábamos a otra. En un momento golpean la puerta y voy a abrir pensando que era ella, pero cuando abro estaban estos dos chicos que me dicen que venían a hacer un arreglo de la filtración del techo y que los enviaba Daniel”, relató la mujer.

“Yo les dije que eso ya había sido arreglado hacía dos semanas, pero les digo que me aguardaran que me iba a comunicar con Daniel. Les cerré la puerta y me fui hasta la oficina de mi compañera y le comenté que estaban esas dos personas que estaban abajo cuando llegamos. Cuando estaba por llamar, tocan timbre de nuevo y cuando abro la puerta uno me pregunta si ya había llamado, y cuando le contesto que no, me empujaron para adentro”.

“Uno sacó el arma que me puso en la garganta y me llevó contra la pared. Ahí grité: ‘no,no,no’, y cerré los ojos. Mi compañera escuchó mis gritos y corrió al balcón y empezó a gritar pidiendo auxilio, ‘ayuda por favor que nos están robando’. El otro chico me preguntó si estaba sola y recién ahí abrí los ojos, no le contesté nada. No llegó a la otra oficina que se dio vuelta y le dijo al otro: ‘vamos, vamos que está gritando’”, detalló la empleada.

“Cuando salen me acerco a la puerta para cerrarla y ellos se vuelven y me piden la llave. Ellos sabían que no podían salir del edificio sin llave. Les dije que no tenía, y entonces me tiraron el balde y el fratacho, salieron corriendo y ahí cerré la puerta. Me fui al balcón donde estaba mi compañera y nos quedamos ahí esperando a que llegara la Policía. Un vecino de arriba se asomó y nos dijo ‘chicas ya llame a la Policía’. En eso escuchamos tres disparos y los vimos corriendo hacia Tres de Caballería. Igualmente nos quedamos en el balcón porque no queríamos entrar de nuevo por miedo”.

Los delincuentes tenían datos precisos sobre el movimiento del comercio dedicado al agro. “Ellos tenían información, pero a la vez se asustaron con los gritos de mi compañera”, indicó la mujer de 30 años a la que le pusieron el arma en la garganta, y agregó: “sabían sobre la filtración del techo, de parte de quién venían, el nombre del encargado, esperaron a que llegáramos nosotras porque hay alarmas en la oficina. Cuando entré los miré desconfiada y creo que no entraron conmigo porque iba saliendo justo una señora”.

Los delincuentes huyeron a pie y en el camino se despojaron de ropa, pero ya era tarde porque fueron bien descriptos por los testigos y un móvil de la policía los localizó en Lavalle y Doello Jurado. Se trata de un joven de 24 años de nacionalidad uruguaya y otro de 31 años con domicilio en la Matanza. (Fuente: El Día).

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