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"Cuando Francisco se fue para el servicio militar, el Calicho lo siguió hasta donde le dieron las fuerzas"


Por Manuela Chiesa de Mammana (*)

      Calicho era uno de los perros aquerenciados en el campo de los Gamarra. Era el preferido de Francisco, el mayor de los hijos. 

      Cuando Francisco se fue para el servicio militar, el Calicho lo siguió hasta donde le dieron las fuerzas. Después no perdía oportunidad de manifestar su euforia cuando su amo venía de franco y se ingenió para seguirlo cuando el muchacho debió irse con el regimiento de maniobras.

      Francisco lo vio al pasar el Bergara pero disimuladamente continuó en la formación. Al llegar al Sandoval fue uno más de los que, aquel 1914, desesperado por la creciente, buscó prenderse de los rieles del ferrocarril y fue mutilado por el tren, juntamente con todos los soldados que hicieron lo mismo.

      El Calicho vio todo y escondido entre los espartillos aulló la noche entera por la desaparición de su amo.

      Desde entonces los lugareños sostienen que en las noches de luna llena cuando pasa un tren sobre el Sandoval, el aullido agudo de un perro convoca bultos blancos bajo la vía, y reflexionan:

      - Ahí está el Calicho Gamarra llamando a su amo.



(*) El texto forma parte una serie de cuentos y retratos del antiguo Villaguay. 

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