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La ciudad nudista en la que se puede tener sexo en público


En Francia está la meca definitiva del nudismo mundial. A pocos kilómetros de la comuna Agde, se alza una comunidad liberal, Cap d'Agde, en la que casi no hay restricciones. Un complejo de playas rodeado de edificios en la que sus habitantes tomaron al naturismo como su forma de vida y en la que impera una calma absoluta.


Cap d'Agde surgió como un centro nudista a partir de la década del '60. Antes solo funcionaba un pequeño campamento que pregonaba el desnudo, pero luego se desarrollaron seis balnearios naturistas desde cero. Los hermanos Oltra, dueños del campamento original, ayudaron a elaborar los planes para un pueblo destinado a la exhibición de los cuerpos, que comenzó a salir del conocimiento local y se transformó en una atracción turística internacional.


De acuerdo a The Guardian, se trata de una comunidad sin violencia, en la que sus habitantes y los turistas conviven con total normalidad. La playa es su principal foco de interés. Se divide en tres secciones. Una de ellas está destinada al espacio familiar en la que los niños pueden jugar como en cualquier otro balneario tradicional.

Las otras dos secciones de la playa permiten el sexo público. Una de ellas está reservada para personas heterosexuales; la otra, para homosexuales. Más allá de que en ninguno de los sitios está permitido tomar fotografías sin el consentimiento de los nudistas, múltiples imágenes circulan en las redes sociales y muestran al sitio como un lugar ideal para la experimentación.


Lo que diferencia a Cap d'Agde de otros centros nudistas es que dentro de los límites de la ciudad está permitido circular desnudos. Ir al supermercado desnudo, caminar por la calle desnudo o ir a comer desnudo. Siempre con el respeto del caso y sin lanzar miradas lascivas al otro.

Cap d'Agde tiene un territorio escaso pero vistoso de 4,5 kilómetros y se la considera una suerte de "utopía sexual" ya que, en general, los turistas se acercan por su posibilidad de experimentar. Además de las playas, la ciudad tiene locales nocturnos que permiten el intercambio de parejas y la liberación sexual.



A orillas del mar Mediterráneo, al sur de Francia, en verano resulta un sitio ideal por sus largos días de sol que se pueden extender hasta las 10 de la noche. Su ciudad con aeropuerto más cercana es Montpellier, que está a casi una hora en auto de distancia.

La ciudad cuenta con una variada oferta gastronómica que va de pizzerías, comida mexicana hasta la típica cocina francesa. A todos ellos se puede asistir desnudo, al igual que la circulación por los pasillos de los hoteles. Hay pocos sitios en los que la desnudez es obligatoria, aunque sea la recomendación. (Fuente: Infobae).

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