Por Raúl Jaluf
Juan Carlos Melzi tenía su negocio de combustibles, lubricantes y cubiertas para automóviles en la esquina sud este de las calles Alem y Rivadavia y, por lo que muestran las fotografías, era un hombre de buen vivir y gustos refinados para la época.
Cuentan familiares y antiguos vecinos de esta ciudad que en sus últimos años tuvo una relojería, que era más que nada una excusa para reunirse con amigos y según la hora del día compartir o unos mates o un buen whisky.
Pero lo que más admiraban los villaguayenses era su auto: un Graham Paige 1929. Se paraban a verlo cuando daba la vuelta a la plaza, silencioso, confortable igual a que usaba Alvear. Muchas veces era solicitado cuando llegaba a Villaguay algún ilustre visitante.