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JUAN JOSÉ MICHELENA: ¿ACCIDENTE U HOMICIDIO? Por Raúl Jaluf

El acta de defunción de Juan Michelena no menciona la causa del fallecimiento. 

La noche comenzaba a proyectar las primeras sombras en la Villa de Santa Rosa de Villaguay. Era el mes de agosto de 1882, un agosto llovedor, de "barro negro y huellas hondas" como diría don Atahualpa Yupanqui. 

Aun no se habían encendido los pocos faroles a kerosene cuando don Juan Michelena se calzó su capa española y salió a dar una vuelta. Ya tenía todo preparado para viajar a Concordia al día siguiente al frente de ocho carretas; también había aprontado sus armas. En eso estaba cuando se encontró con su amigo Juan Meyer, comerciante de Concordia afincado por estos lares. Ambos eran habitués de la fonda de Pedrón en las actuales calles Urquiza y Balcarce, por lo que Meyer lo invitó a jugar un truco. Michelena se negó argumentando que debía madrugar para viajar pero ante la insistencia de su amigo aceptó el convite y juntos llegaron a la fonda que en ese momento se hallaba repleta de parroquianos.

Empezó a llover, se armó la truqueada y fue ahí cuando se acercó a la mesa don santos Echenique, vecino de Michelena, y hablando en vascuence le hizo entrega de un sobre para llevar a Concordia. Hay quienes sostienen que era una importante suma de dinero y otros dicen que eran monedas de oro. Tengamos en cuenta que los comerciantes de Villaguay hacían sus transacciones bancarias en Concordia.

Era ya de madrugada cuando Michelena salió de la fonda de Pedrón y en las proximidades de 9 de Julio y Balcarce fue abordado por criminales que estaban al acecho. Un vecino contó luego que había oído algunos golpes, un desgarrador grito de dolor, el arrastrar de un cuerpo y voces perdiéndose en el silencio de la noche. 

Escuela Michelena. en la esquina de Dorrego y Balcarce

Al día siguiente, cuando la familia denunció que Michelena no había aparecido en su casa ni viajado a Concordia, la población se alarmó. Durante dos días se rastrearon arroyos y cañadones y aljibes y pozos de balde. Según la policía, Michelena había perecido ahogado y, oh casualidad, su cuerpo apareció en el fondo de un aljibe cercano al lugar donde dos noches antes habían escuchado ruidos. No fue fácil divisarlo porque se hallaba tapado por su capa.

El informe oficial firmado por un médico de policía de apellido Negri dictaminó que la muerte se había producido por "asfixia por inmersión" pero otro médico, llamado Foster, observó que Michelena tenía fracturada la base del cráneo por un golpe de martillo o bola de piedra. Para él era evidente que el fallecimiento no se había producido por asfixia.

No ocurrió mucho más y el caso quedó en la nada. Sólo hubo algunos cuestionamientos al médico Negri por parte de su colega Venancio García Pereyra. Más tarde, Fortunato Echániz hizo un aporte más bien menor en su libro 'Memoria de Villaguay': precisó que el homicidio se había producido en un rancho de dos aguas y un pozo de balde, donde funcionaba una carnicería.


Fuentes consultadas: Entrevista a Venancia Michelena realizada por Pedro Gutiérrez con motivo de los 25 años del diario El Pueblo; documentos del Registro Civil de Villaguay y del Museo Histórico de Villaguay; y libros 'Villaguay mi pueblo' de Justo Jose Miranda y 'Memoria de Villaguay' de Fortunato Echániz.