Foto: Archivo, ilustativa |
Les voy a contar una historia que seguro muchos ya conocen, pero no deja de ser tremenda por eso. Allá por el 2015, el escritor argentino Hernán Casciari, alquiló una casa en montevideo por airbnb. Un cuarto de huéspedes en la casa de una pareja que vivía en el Prado. Por desgracia, Hernán sufrió un infarto, pero tuvo la suerte de encontrarse en la casa de una pareja que hizo todo por salvarle la vida.
Los anfitriones sacaron a Hernán, pararon a un patrullero y lo acompañaron todo el rato en el hospital hasta que él se recuperó completamente.
Un año después, Hernán decide volver a Montevideo y visitar a los uruguayos para agradecerle todo lo que habían hecho por él, lo que no sabía es que se iba a encontrar con una historia tremenda que ni al mejor guionista se le ocurriría.
Esa noche del 2016, un año después de que Hernán había infartado, Javier y Alejandra empezaron a contar su historia, historia que Hernán desconocía totalmente.
Javier era un alto funcionario de una empresa multinacional, viajaba mucho, tenía un pasar muy cómodo, hasta que un día lo llamaron de una multinacional de la competencia para ofrecerle irse con ellos.
La nueva empresa le ofrecía el doble de plata y un montón de beneficios extras que eran muy tentadores. Después de pensarlo mucho, Javier decide renunciar a la actual compañía e irse con la nueva oferta.
La nueva compañía hace los chequeos médicos de rutina y Javier un viernes presenta la renuncia en la empresa actual para el lunes siguiente empezar en la nueva compañía, ahí es cuando comienza la caída en picada de Javier.
El lunes en que iba a firmar el nuevo contrato, recibe una llamada del médico de la nueva compañía, diciéndole que tenía una insuficiencia renal crónica y tendría que realizarse diálisis 3 veces por semana.
El mismo lunes el contrato con la nueva empresa quedó sin efecto pq no les interesaba tener a un directivo enfermo que no pudiera trabajar. Empezó a entrar una crisis existencial y económica.
Tuvieron que gastar sus ahorros en médicos, los amigos fueron desapareciendo y el cansancio de su cuerpo lo dejaba cada vez peor y con menos ganas. En las horas muertas empezó a diseñar una aplicación para unir a los centros de diálisis del mundo con sus pacientes.
El objetivo era conseguir algo para él y para todos los que estaban en su situación de tener las mismas oportunidades de viajar y vivir como cualquier persona sana podía hacerlo. Nadie apoyó su proyecto y quedó en la nada.
Un día Javier y Alejandra decidieron poner su casa en airbnb a ver si así podían generar otra fuente de ingreso que a esa altura ya necesitaban a gritos, era eso o resignarse a venderla y seguir comiendo ahorros.
Primero cayó un brasilero, que el segundo día les taponeó el baño, después una pareja canadiense, con un hijo que les hizo mierda una mesa vintage, unos ingleses q al irse publicaron una queja por los perros y le bajaron el puntaje, unos jipis holandeses que robaron servilleteros.
El quinto huésped fue un escritor argentino con su novia, que al segundo día se les infartó en el living, el quinto huésped fue Hernán.
Los uruguayos contaban esto entre risas mientras Hernán y su pareja no podían más de la tristeza al oír toda esa trágica historia. No entendían como podían haber vivido todo esto y seguir ahí riendo mientras lo contaban. Hernán lo interrumpió para ofrecerle ayuda de alguna manera.
Javier le dice que ya los habían ayudado, le dice “vos te acordas Hernán que al otro día que estabas internado te llegó un mail en el celular? “ Hernán se acordaba perfectamente, era un mail pidiendo evaluación de su estadía de airbnb.
Hernán había publicado una reseña muy graciosa que era algo como “casa ideal para sufrir infarto en el miocardio, conexión directa con el hospital, sus anfitriones son dos Ángeles de la guarda” la reseña se hizo viral y salió en todos lados.
Tan viral que entre millones de reseñas diarias, justo esta, le llega a uno de los cofundadores de airbnb, Joe Gebbia, que hasta la utiliza en una charla TED de ejemplo de lo bueno que es alojarse por airbnb.
Menos de 20 días después de que Hernán haya infartado en la casa de Javier y Alejandra, Joe Gebbia, un multimillonario millennials, se comunica con los uruguayos y les dice que quiere ir a conocer la casa donde sucedió todo.
El 1 de enero de 2016 Joe Gebbia baja de un taxi y toca el timbre de la casa de Javier y Alejandra, les dice que quiere escuchar la historia y pasa 10 días alojados con ellos. Entre tanta charla Javier le cuenta de toda su vida y sobre su aplicación Connectus Medical.
Joe Gebbia le dice que está interesado en la idea, al otro día le dice a Javier que revisara los mails, había un contrato con una inversión de 3 millones de dólares para desarrollar su plataforma.
En 2017 Connectus fue la app más destacada de Uruguay, Javier y Alejandra empezaron a viajar y Javier pudo hacerse diálisis en distintas partes del mundo como se había propuesto cuando desarrolló su aplicación.
En 2018, Javier recibe un trasplante de riñón exitoso y deja las diálisis. Aunque parezca una historia narrada de una película, es una historia real que pasó acá.
(*) El texto fue publicado esta semana en la red social Twitter.
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