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"LA CANCHA ES EL LUGAR DONDE MEJOR ME SIENTO Y TAMBIÉN LA DISFRUTO AHORA QUE SOY ENTRENADOR"


Raymundo Legaria construyó una fantástica carrera como jugador de básquet profesional. Es considerado uno de los 50 hombres más efectivos en la historia de la Liga Nacional, sumando numerosos títulos tanto a nivel argentino como internacional. Dueño de un talento y un carisma únicos, transita el ocaso de su exitosa trayectoria vistiendo la casaca de Luis Luciano de Urdinarrain en la Liga Provincial de Básquet. En la charla junto a EL PUEBLO analizó su experimentado aporte dentro del equipo, la muy positiva campaña de su elenco y en cuanto a rendimientos individuales, los puntos altos de jóvenes jugadores que lo toman como un ejemplo a seguir. 

- Antes de arrancar la Liga Provincial no estabas muy convencido de seguir jugando.

- La verdad es que tenía ganas de dejar de jugar, uno ya está un poco cansado de los viajes, las lesiones, los entrenamientos y además yo ya estoy dirigiendo formativas en el club. Pero como lo tengo al gran Mario Rodríguez como entrenador, que fue principalmente quien me convenció de volver a jugar, porque yo estaba prácticamente retirado. A medida que fue pasando el tiempo y se fue acercando el tema del armado del equipo me empezó a “picar el bichito” de vuelta. La verdad es que este momento de mi carrera lo estoy disfrutando como quizás no lo hice durante muchos años de básquet y eso es lo más importante. Me siento bien adentro de la cancha, estoy en el lugar donde quiero estar, además en Luis Luciano me respetan y estoy muy cómodo. Pero la única forma de que volviera a jugar era que me dirigiera el gordo Mario y él me dijo exactamente lo mismo. Amo jugar, el mejor lugar donde me siento es adentro de una cancha por más que ahora soy entrenador y también lo disfruto.



- Tuvieron un arranque increíble en la fase regular, 11 partidos consecutivos invictos, mostrando un nivel de juego que estuvo muy por encima de sus rivales.

- Sí, realmente tuvimos una solidez tremenda, jugamos a un nivel superlativo. Hacía rato que yo no estaba en un equipo así, no solamente por ganar 11 partidos seguidos sino jugando de la manera en que lo hacíamos. No era que ganábamos por 20 puntos haciendo la diferencia en los últimos 2 minutos, cuando el partido ya estaba terminado. Sino que lo pasábamos por arriba al rival, porque de arranque les sacábamos 20 o 30 puntos a todos los equipos, al candidato Racing, a ADEV, a Bancario, a Sportivo, de local o de visitante. Obviamente que nosotros respetábamos a todos los equipos, pero hubo elencos que se armaron para ser campeones, que en el análisis previo ves que tienen jugadores importantes y sabíamos que aunque no habían arrancado muy bien el torneo pero seguramente se iban a ir acomodando a medida que van pasando los partidos. Más allá de que nosotros arrancamos a morir, jugando cada partido como si fuera una final desde el minuto cero, con gran intensidad, pero además, coincidió en que lo hicimos con un gran básquet. Creo que por lejos, de los equipos de la Liga fue el que mejor jugó al básquet, con mucha capacidad defensiva, la manera en la que corríamos la cancha era impresionante. No nos podían parar, íbamos para adelante, defendíamos, corríamos, nos pasábamos la pelota, todos metían puntos. Realmente éramos un equipo imbatible y nosotros nos sentíamos así. El equipo nuestro no sólo estuvo más enchufado desde el arranque que otros elencos sino que también tuvimos una solidez y un gran juego colectivo en esa primera parte, en la que se vio mucha diferencia con los demás equipos. Después nos pasó que llegamos a un nivel de juego que por lógica es imposible mantenerlo y tuvimos esa racha donde perdimos varios partidos seguidos donde no jugamos bien, considerando que los rivales mejoraron y nosotros bajamos la intensidad. 






- ¿Era de esperar que los hermanos Revello tengan semejante papel en la Liga?

- Más allá de que uno ya los conocía, sabía de sus capacidades y de lo importante que podían ser para el equipo, tanto Marquitos como Nahuel demostraron ser fundamentales para nosotros y tuvieron un rendimiento impresionante, para mí son lejos los dos mejores jugadores del torneo. Me siento muy cómodo y tranquilo con ellos dentro de la cancha. Más allá de su corta edad son chicos que van al frente y juegan en los momentos más calientes del partido. Con ellos voy a la guerra, creo que hemos conformado un lindo trío. Nos conocemos casi a la perfección, obviamente que con Nahuel un poco más porque somos de jugar mucho pick and roll juntos, nos miramos y sabemos lo que vamos a hacer. Son dos chicos fantásticos, se merecen lo que están viviendo porque se rompen el lomo, entrenan todos los días y se han preparado para este momento.



- Otro que ha tenido muy buenos rendimientos es el villaguayense Gabriel Fernández.

- Sí, para nosotros el “Gato” ha sido un jugador sumamente importante. Obviamente que es mérito de él y de Mario (Rodríguez), que lo ha hablado mucho, le ha dado confianza y ha sabido dosificar sus minutos para sacar lo mejor de él. Si bien el “Gato” no es titular, pero hemos ganado partidos gracias a su trabajo, porque ha entrado desde el banco y metido 20 puntos en un ratito. No sólo eso, porque es un jugador muy completo, ya que puede defender, jugar de 1 o de 2. Y también ha sabido manejar el tema de la ansiedad, porque no es fácil entrar, meter 20 puntos y saber que eso no va a cambiar el hecho de que seas suplente. Pero el tipo entra y defiende a los bases, los corre cara a cara para todos lados, recupera balones y encima ha convertido mucho, así juegue 20, 15 o 10 minutos, siempre rinde. Yo estoy muy contento por él, porque es un jugador muy joven que tiene mucho futuro. El “Gato” necesitaba una temporada como ésta para convencerse de que puede ser importante dentro de un equipo como Luciano que está peleando el campeonato. 


- ¿En qué momento de tu carrera comenzaste a darte cuenta de que la pelota tenía que pasar por vos y que ibas a ser determinante para los equipos donde jugabas? 

- Creo que eso llega con los años, uno se va dando cuenta por donde va este juego. Lo más importante de un equipo es que cada uno sepa qué tiene que hacer adentro de la cancha. Es fundamental dejar los egos de lado, no importa quien anote o quien no, lo importante es que el equipo gane. Pero eso te lo van dando los años porque cuando uno es joven no ve realmente por donde pasa la mano, piensa sólo en convertir goles y sino anotó piensa que no jugó un buen partido. Yo gracias a Dios, tuve la suerte gracias que desde muy chico estuve en planteles profesionales, eso me ayudó un montón, el hecho de convivir con grandes jugadores e integrar excelentes equipos. Tuve a grandes maestros adelante, en los cuales me reflejé y pude ver por donde es el camino. Durante muchos años me ha tocado anotar una cantidad de puntos pero ahora hay partidos en los cuales ni siquiera tiro al aro, porque me dedico a hacer jugar al equipo. Eso sí, en los momentos calientes o definitorios del partido ellos saben que me tienen que dar la pelota, que la manejo yo y es una labor que tengo asumida desde hace muchos años. Obviamente que estoy preparado para tomar esa responsabilidad. Si hay partidos en los cuales el equipo precisa que yo anote, lo hago sin ningún problema, pero mi función ahora es que el conjunto tenga un orden, que estén todos contentos y sumar cosas para que el equipo pueda ganar.



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