Tras la
preocupación que generó hace dos semanas el desprendimiento de mampostería del
cielorraso en una aula de la Escuela 87 'Luis Piedrabuena', la directora Estela
Reynoso indicó ayer que el edificio venía sufriendo desde hace tiempo "una
invasión de roedores" que se intentaba combatir "de forma casera", con escasos resultados, y que fue
enfrentada ahora con "una fumigación muy fuerte" ordenada desde
la Dirección Departamental de Educación.
Consultada ayer
por Alejandro Crossa en FM Latina, la docente recordó que en los últimos días
se ha avanzado en la solución de ambos problemas, acaso relacionados: por un
lado se encaró una tarea integral de desratización; y por el otro "se
arreglaron y apuntalaron los techos, no solamente del aula dañada sino también
de todo el edificio" de calle Caseros.
Acerca de los
cielorrasos, reveló que estaban llenos de desperdicios generados por las roedores,
y lo mismo ocurría con algunos pisos que "son de madera, antiguos, huecos
por debajo" y, en consecuencia, elegidos por las ratas para circular o
para hacer sus nidos.
Hace ya un tiempo,
según dijo, empezaron a detectarse "excrementos de roedores por todos
lados" y se intentó combatir la invasión con productos adquiridos por la
propia escuela. Pero pronto se cayó en la cuenta de la escasa efectividad de
esos métodos y se pidió a las autoridades superiores que adoptaran alguna
medida más contundente: se consiguió así un servicio de desratización, pero sólo
para la cocina.
Ahora, después de
la preocupación generada por el desprendimiento de mamposteria, se encaró
"una fumigación muy fuerte" en todo el establecimiento. Además los
docentes y el personal de maestranza y de cocina realizaron una "limpieza
exhaustiva: sacaron todos los elementos de las aulas y desinfectaron cosa por
cosa".
Respecto a los
techos, la directora subrayó que "quedaron bien apuntalados para que se
pueda trabajar con tranquilidad", y reveló que el jefe zonal de
Arquitectura, Mario Lemes, le comunico que existe la intención de reemplazar
todos los cielorrasos durante el receso de verano a partir de diciembre.
Mientras tanto,
aseguran que la escuela "va a estar en condiciones de seguridad y de
higiene" cuando se reinicien las actividades el próximo lunes.
"De manera inmediata"
Por otra parte, la docente recalcó que la maestra
a cargo del aula donde se produjo el desprendimiento de mampostería "actuó
de manera inmediata [luego del incidente], tratando de limpiar a los
chicos" a quienes les había caído restos de revoque.
Poco después se
llamó a todos los padres para que retiraran a los chicos y se les pidió que los
bañaran rápidamente, ante la eventual toxicidad del material desprendido. De
hecho, había caído no sólo revoque sino también "materia fecal de ratas y
palomas", entre otros elementos.
Posteriormente se
clausuró el aula y luego se suspendieron todas las actividades para poder
trabajar en la verificación del estado del edificio en su conjunto.
La directora dejó
en claro que no hubo ningún chico herido, como trascendió aparentemente en las
redes sociales.
Las clases, el próximo lunes
La directora señaló
que "lamentablemente, las clases estuvieron suspendidas durante dos
semanas", y dijo que "la idea era empezar este miércoles pero no
dieron los tiempos".
Aclaró, no
obstante, que la cocina y el comedor ya reanudaron su funcionamiento, y que los
docentes estuvieron trabajando todo este tiempo en un lugar "cedido
gentilmente por la asociación gremial".
Anticipó además
que "se van a recuperar los días de clase perdidos" y que ese
objetivo se ve facilitado por el hecho de que la escuela es de jornada
completa.
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